En sus respectivos hogares y en casas diferentes pero vecinas, durante toda la vida, desde niños, Adalberto y Eleonora vivieron en esa empinada y sesgada vÃa corta de una cuadra larga. Cuando lotearon la inmensa finca Bello Horizonte, por sus vistas privilegiadas en ese entonces, y la convirtieron en el barrio popular donde sus primeros habitantes fueron trabajadores de la Empresa Capital de Servicios de Aseo, por ahà bajaba un impetuoso arroyo que en invierno lo inundaba todo y amenazaba la estabilidad de las cimentaciones, las vÃas y la megaempresa ladrillera, pocas cuadras abajo.